Los frutos secos
Los frutos secos son alimentos totalmente unido a la dieta Mediterránea y con gran tradición en nuestra gastronomía. Su consumo se remonta a la antigüedad, siendo un alimento básico en muchas culturas.
¿Qué son exactamente los frutos secos?
Un grupo de alimentos que tienen como característica común que en su composición natural se encuentra menos del 50% de agua. Son alimentos muy energéticos y ricos en grasas saludables, proteínas, vitaminas, minerales, oligoelementos, fibras y ácidos Omega 3.
Hay una gran variedad de frutos secos que se dividen en dos grandes grupos:
Los que tienen cascara dura:
Anacardos, almendra, avellana, cacahuete, castaña, nuez, piñón, pipas de girasol, pistachos…
Son ricos en:
Lípidos: destacando entre ellos los ácidos grasos monoinsaturados y polinsaturados.
Proteínas: el contenido en aminoácidos de algunos frutos secos es parecido aunque no igual al de la carne.
Calcio: En caso de no tomar productos lácteos podríamos recurrir parcialmente a los frutos secos para la obtención de este mineral. Las almendras tienen mucho calcio.
Fibra: evita el estreñimiento y regula el tránsito intestinal.
Vitaminas: muy presentes las del grupo B (importantes para muchísimas funciones entre las cuales estabilizar el sistema nervioso) y la vitamina E (potente antioxidante).
Minerales: Los más importantes que contienen los frutos secos son: fósforo, potasio, cobre, hierro y selenio.
Y la fruta desecada:
Ciruelas desecadas, dátiles, orejones de albaricoque, higos secos, uvas pasas…
Hidratos de carbono: al estar desecados concentran todos sus azúcares en la pulpa y sobretodo en la piel del fruto. Destacan los higos, los dátiles, las ciruelas y los orejones.
Minerales: uno de los más relevantes es el fósforo, necesarios para el cerebro, los esfuerzos intelectuales y la actividad neuronal.
El aspecto, textura y sabores es muy diferente de uno a otro y esto marca una gran diferencia a la hora de utilizarlos y cocinarlos. En la actualidad, más allá del uso tradicional que se hacía de ellos, hay una tendencia a emplearlos cada vez más en diversos platos.
Como regla general, los frutos secos de cascara dura, se utilizan en pequeñas cantidades, normalmente tostados (no demasiado, pueden amargar) y se añaden cerca del final de la cocción o preparación.
Algunos de ellos son una base imprescindible en algunas salsas: piñones, almendras y avellanas.
Las frutas desecadas se suelen macerar en algún líquido para su rehidratación o para que adquieran determinados aromas (vino, especias…), son el complemento perfecto de muchas carnes.
¿Que frutos secos te gustan más? ¿Con cascara o frutas desecadas? ¿Sueles utilizarlos en la preparación de recetas? ¿Cuales?